Gobierno Paraliza la Nueva Selectividad ante el Nuevo Escenario Político
para que se pudieran realizar modificaciones. La Alegría ha colocado el texto "guardado en un cajón" para que sea aprobado por quien llegue a la Moncloa. Esto se debe a que el sistema había sido modificado con anterioridad para que se pudieran realizar cambios.
La Ministra de Educación, Pilar Alegría, ha tomado la decisión de paralizar el decreto que regula la nueva Selectividad prevista para junio del año que viene. Según fuentes del departamento de la Ministra, se trata de un gesto de responsabilidad ante el Gobierno disuelto tras el adelanto electoral de Pedro Sánchez. El nuevo modelo ha generado muchas críticas, a pesar de haberse modificado el planteamiento inicial. Estas modificaciones no habían recibido el beneplácito de los rectores de las universidades.
Esta mañana se ha celebrado una reunión entre el Ministerio y una representación de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), donde el equipo de Alegría ha explicado que la nueva Selectividad "no se aplaza", como habían pedido las 50 universidades públicas españolas, tal y como adelantó EL MUNDO. Lo que hacen es dejarla "guardada en un cajón, terminada para que el nuevo Gobierno, sea PSOE o sea PP, pueda aprobarla en el primer Consejo de Ministros de la nueva legislatura, si así lo considera".
Según las fuentes consultadas por el Ministerio de Educación, la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) establece la obligatoriedad de aplicar la nueva Selectividad para el curso 2023/2024 de Bachillerato, es decir, el curso que viene. Cabe destacar que no se puede aplazar el decreto que regula la nueva Selectividad debido a que la LOMCE exige que se aplique en el próximo curso 2º de Bachillerato.
En otras palabras, cualquier partido que asuma el gobierno tras los resultados de las elecciones del 28-M deberá regular un sistema nuevo de acceso a la universidad para cumplir con la legalidad, a través de un decreto. Si el gobierno se encuentra en manos del PSOE, probablemente aprobarán el decreto que se encontraba prácticamente terminado, esperando el informe correspondiente del Consejo de Estado. Por otro lado, si el gobierno está en manos del PP, tendrán que comenzar desde cero, ya que este partido ha prometido realizar una prueba única para reducir las desigualdades existentes entre las diferentes comunidades autónomas de España.
El Secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, solicitó el pasado lunes un informe a los servicios jurídicos del Ministerio para determinar si sería posible aprobar el borrador de real decreto en las actuales circunstancias. A pesar de la buena intención de Alegría de seguir adelante con el decreto, los servicios jurídicos del Ministerio le recomendaron no hacerlo, ya que había suscitado muchas críticas.
La Norma Oficial de Evaluación de la Educación Secundaria (NOEES) ha estado marcada por un destino desafortunado desde su concepción inicial. El Gobierno español presentó un primer borrador hace aproximadamente un año que sugería una reducción significativa de contenidos, según las protestas de profesores de Lengua, la Real Academia Española de la Lengua (RAE), el Institut d'Estudis Catalans o los filósofos. Las asignaturas de Lengua Castellana, Lengua Extranjera, Lengua Cooficial, Historia de España e Historia de la Filosofía se agruparon en una prueba de madurez que incluía numerosas preguntas de tipo test o para responder en un máximo de dos párrafos. Este examen fue considerado como una broma por gran parte del profesorado.
Prueba de Madurez de los Alumnos
Ante las críticas recibidas, el Ministro de Educación, Alegría, decidió acceder en diciembre a aplazar la fase de implantación definitiva de la prueba, que se iba a iniciar en junio de 2027, hasta junio de 2028. No obstante, decidió mantener la fase transitoria según estaba planeada inicialmente, comenzando en junio de 2024 el primer examen. De esta forma, suprimió la polémica prueba de madurez, que finalmente quedó en el aire.
El texto ha experimentado profundos cambios desde entonces, por lo que ya no es posible encontrar ni rastro de aquella prueba de madurez ni de su peculiar formato test. La alegría cedió y el sistema volvió casi a la normalidad, pero no sin problemas. Uno de ellos fue la extensión del periodo de exámenes, que pasó de una a más de una semana, lo que supuso una gran carga organizativa. Por otro lado, los profesores encargados de la corrección se encontraron con más dificultades gracias a las garantías extra exigidas a los estudiantes.
La composición de los tribunales calificadores estaba en entredicho, ya que se imponía que, además de profesores universitarios, un 40% de funcionarios de instituto especialistas en cada asignatura debían estar presentes en el mismo, una circunstancia que se complicaba por la escasez de funcionarios en todas las asignaturas. Esta situación podría provocar que los alumnos que se presentaran a los exámenes impugnaran el resultado en los tribunales cuando no se cumplían los requisitos regulados.
Las Vicerrectoras encargadas de este asunto han manifestado su descontento por el hecho de que el Ministerio no contase con ellas a la hora de negociar y se ignorara todos estos detalles. Por su parte, la Crue adoptó una actitud subordinada, evitando pronunciarse.Asimismo, cincuenta campus públicos redactaron una carta en la que adviertieron que era imposible comenzar en el curso 2023/24, tal y como se reflejaba en el borrador del Real Decreto, y ya se empezaba a analizar la posibilidad de adoptar medidas más contundentes.
Tareas Pendientes
Algunos temían que la Ley de Enseñanzas Artísticas, que iba a ser aprobada en la Comisión de Educación del Congreso de esta semana, no llegara a buen puerto. Desde el Ministerio han confirmado que no se podrán aprobar los decretos pendientes, como el de la Selectividad, por lo que habrá que empezar de cero la próxima legislatura, sin importar quién gobierne. El lunes todavía se tenían dudas sobre si publicar o no los decretos, pero finalmente la incertidumbre quedó despejada y la Ley de Enseñanzas Artísticas quedó descartada.
Se queda en un cajón la reforma de la carrera docente para mejorar la calidad de los profesores; una medida sumamente importante dentro de todas las educativas y la primera que debería de haber acometido el Ministerio de Educación. De hecho, se trata de una iniciativa clave para el desarrollo de la enseñanza, la formación y el aprendizaje de los alumnos y alumnas. Sin lugar a dudas, mejorar la calidad de los profesores es el punto de partida para conseguir una educación de calidad.
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