Estudiante a tiempo parcial ¿quién puede serlo?
Seguro que has oído hablar de los trabajadores a tiempo parcial pero sabías que existen estudiantes a tiempo parcial. Pues si estás trabajando, tienes más de 45 años o tienes alguna discapacidad, puedes plantearte estudiar en la universidad con condiciones especiales.
Un alumno a tiempo parcial es el que tiene reconocida esta condición porque, por diferentes razones, no puede seguir los estudios con la misma dedicación que un alumno a tiempo completo. Según el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), organismo encargado de armonizar los distintos sistemas educativos de la Unión Europea, un alumno a tiempo completo dedica unas 40 horas semanales a los estudios. Las universidades adaptan los planes de estudios a los estudiantes a tiempo parcial que, probablemente, necesitarán más años para obtener su título.
Marta Lorenzo dirige desde hace 10 años una residencia de la tercera edad en Pedraza del Portillo (Valladolid). Es graduada superior en Integración Social y Máster en Dirección de Residencias, y en la actualidad estudia a tiempo parcial tercero del grado de Terapia Ocupacional. “Quise ampliar mi formación con este grado para montar mi propia empresa. Me informé de las condiciones que ponía la Universidad Europea Miguel de Cervantes y al estar trabajando me permitieron matricularme a tiempo parcial”.
¿Quién puede pedir la condición de tiempo parcial?
Cualquier estudiante de grado o de máster que cumpla y acredite documentalmente uno de los siguientes requisitos lo puede solicitar:
- Trabajar como mínimo la mitad de la duración máxima de jornada ordinaria de trabajo.
- Estar afectado por una discapacidad física, sensorial o psíquica, en un grado igual o superior al 33 %.
- Tener 45 años o más en la fecha de inicio del curso académico.
- Estar en situación de protección a la familia o tener que cuidar personas dependientes.
- Tener la condición de deportista de alto nivel o de alto rendimiento.
- Encontrarse en otras situaciones extraordinarias que el órgano competente valore como determinantes para ser incorporado a la situación de dedicación al estudio a tiempo parcial.
¿Qué ventajas ofrece este sistema?
Una de las principales ventajas de ser estudiante a tiempo parcial es la reducción del número mínimo de créditos exigidos para matricularse el primer año. Los estudiantes de titulaciones de grado a tiempo parcial tienen que matricularse de un número mínimo de créditos que fije el reglamento académico. Cada centro marca sus propios límites que pueden oscilar entre los 24 exigidos por la Universitat d’ Iles Balears o los 30 de la Universitat de Valencia.
Además, también es inferior el número mínimo necesario de créditos aprobados durante los dos primeros años académicos para poder continuar los estudios. El reglamento del plan de estudios favorece una gran flexibilidad hasta el punto de que si ocurre algún hecho extraordinario a un estudiante que le impida seguir estudiando a tiempo completo puede solicitar el cambio a tiempo parcial.
José Javier Solabre era vigilante de seguridad en la Universidad de Navarra. Allí pasaba muchas noches controlando la seguridad del campus universitario. “Tenía mucho tiempo. La noche entera. Así que me lancé a estudiar Derecho al mismo tiempo que trabajaba. No me fijé ningún plazo porque solo me podía matricular en las asignaturas que creía que podía estudiar cada año”. Después de 7 años de estudios, Solabre dejó su trabajo y abrió un despacho de abogados. Se dedica a Derecho Penal. “Reconozco que me va muy bien. Tengo muchos casos y disfruto con mi trabajo” asegura José Javier.
Duración de los estudios
Los estudiantes a tiempo parcial pueden planificar la duración de la carrera según el número de horas que pueden dedicar al estudio. “Yo recomiendo, por los menos en los dos primeros años, ser realista. Estudiar bien el tiempo disponible porque si te matriculas en más asignaturas de las debidas puede aparecer la frustración y el estrés con los suspensos” aconseja Solabre. “Yo me lo tomé en serio. Saqué el grado en Derecho y el máster de Acceso a la Abogacía en 7 años. Pero mi caso es particular. Yo entraba a trabajar a las 10 de la noche y salía a las 8 de la mañana. Así que me iba a desayunar y luego iba a clase de 9 a 11:30” recuerda.
El caso de Marta es un claro ejemplo de éxito. “Ahora estoy en 3º, llevo todo aprobado y creo que sacaré el título en mayo del año que viene. Pero tengo suerte porque al ser graduada superior en Integración Social y Máster en Dirección de Residencias me han convalidado 7 asignaturas. Para mí lo más importante es que me permite tener la titulación necesaria para abrir una empresa el año que viene. Necesito el título de Terapeuta Ocupacional y el hecho de estar trabajando podía suponer una barrera. Lo estoy haciendo posible porque la universidad ofrece muchas facilidades”, comenta Marta.
Trabajar, cuidar a un enfermo, ser mayor de 45 años o ser deportista de alto rendimiento son algunas de las condiciones para matricularte como estudiante a tiempo parcial.
Dificultades del estudio a tiempo parcial
“Lo más difícil es tener constancia y fuerza de voluntad. Si trabajas 8 horas diarias y tienes familia hay que tener mucha disciplina para sacar tiempo al estudio” reconoce José Javier. Para Marta el mayor problema era ajustar su calendario laboral con el académico. “Tengo que hacer mucho esfuerzo para poder asistir a las clases prácticas. Dependo mucho del volumen de trabajo en mi residencia”.
Estos son los consejos que Marta y Javier dan a los estudiantes que deseen entrar en la universidad para estudiar a tiempo parcial.
- Haz un calendario en el que fijes las fechas importantes como horarios de clases, trabajos que debes entregar de cada materia, las fechas de exámenes, reuniones de trabajo.
- Márcate un objetivo. No seas ambicioso. Matricúlate solo en el número de asignaturas que creas que puedas estudiar realmente.
- Aprovecha el tiempo al máximo. Busca huecos en tu vida diaria para estudiar.
- Lleva las tareas al día. Si no tienes disciplina será difícil que saques buenos resultados.
- Cuando notes que no puedes más, descansa. Estudiar y trabajar a la vez, además de agotamiento físico, también conlleva un agotamiento mental, que puede llevar al estrés.